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¿Cómo es la calidad del aire en los Estados Unidos estos días?

Paul Jackson, Washington, DC

La calidad del aire se define como el grado en que el aire de un lugar determinado está libre de contaminantes. En los Estados Unidos, la calidad del aire se mide mediante el Índice de Calidad del Aire (AQI, por sus siglas en inglés), creado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés). El AQI utiliza seis categorías de calidad del aire, desde verde (0-50) hasta marrón (301<); cuanto más alto es el índice, mayor es la contaminación y el riesgo para la salud. Para la EPA, los valores por debajo de 100 son adecuados, mientras que por encima de 100 el aire es insalubre, lo que afecta especialmente a los grupos minoritarios y de bajos ingresos que, según la Asociación Americana del Pulmón, se ven afectados de manera desproporcionada por los contaminantes atmosféricos.

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En 1970, el presidente Nixon aprobó la Ley de Aire Limpio, que estableció regulaciones federales y estatales sobre las emisiones de fuentes industriales y móviles. Esta regulación mejoró drásticamente la calidad del aire en Estados Unidos. Desde la década de 1970, las emisiones de contaminantes clave como el monóxido de carbono, el plomo y el dióxido de azufre han disminuido en un 78 %. Los datos de la EPA muestran que, incluso dando prioridad a la salud pública y regulando la contaminación, «la economía estadounidense se mantuvo fuerte, con un crecimiento del 272 % durante el mismo periodo».

El aire de Estados Unidos ha mejorado en las últimas décadas, pero aún quedan problemas por resolver. En 2023, unos 140 millones de estadounidenses vivían en zonas por debajo de los estándares del AQI. Además, con los recientes incendios forestales y las olas de calor extremo, esta cifra aumentará en un 50 % en las próximas décadas. A pesar de las regulaciones federales, la contaminación atmosférica aumentó entre 2010 y 2016, y dado que la EPA reconoce los incendios forestales como «fenómenos excepcionales» que no se tienen en cuenta para calcular la calidad, es posible que el AQI no sea una medida totalmente precisa de la calidad del aire.

«Si queremos empezar a pensar en soluciones, tenemos que empezar por combatir el origen de los contaminantes atmosféricos, que son los incendios forestales y el calor extremo», declaró a The Guardian Jeremy Porter, responsable de implicaciones climáticas de First Street, una empresa de investigación centrada en la modelización financiera del riesgo climático.

Para ayudar a mejorar la calidad del aire en ámbitos individuales, los ciudadanos deben esforzarse por adoptar prácticas sostenibles y respetuosas con el clima en su vida cotidiana. Esto puede significar invertir en cortacéspedes eléctricos, utilizar productos de limpieza a base de agua para evitar productos químicos agresivos, compartir el coche para ir al trabajo, utilizar menos gasolina y apagar los motores de los coches cuando están en ralentí. También podemos mejorar el aire en nuestras comunidades poniendo en marcha programas de reciclaje, estableciendo objetivos de emisiones para toda la comunidad y creando zonas locales de bajas emisiones. La organización a nivel nacional también es una forma estupenda de promover prácticas medioambientales sostenibles. Esto se puede hacer mediante la adhesión al compromiso «American Lung Stand Up for Clean Air», la sensibilización en las redes sociales, la investigación de las políticas locales sobre el aire y la presión a los representantes estatales para que aprueben leyes centradas en la conservación.

CONTACTOS

• American Lung Association Clean Air Pact, https://www.lung.org/clean-air/stand-up-for-clean-air/pledge;
• Air Now Clean Air Education, https://www.airnow.gov/education/what-you-can-do/.

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